“Un tropezón no es caída”. Simone Biles es de esos fenómenos inexplicables, de esos talentos que escasean. Una atleta prodigio que marcó un antes y un después en la historia de la gimnasia artística. Los números asustan: 41 medallas, 11 en Juegos Olímpicos (ocho de oro, una de plata y dos de bronce), y 30 en Mundiales (23 de oro).

¿Habrá alguien que la supere? Difícil. La historia del deporte diría que sí: después de Maradona apareció Messi; tras la era Jordan, Kobe Bryant y Lebron James heredaron la responsabilidad y así podría continuar la comparación. Nombres que también sufrieron caídas, pero que no mancharon su legado.

Biles volvió a tener una cita con la historia en París 2024. Una especie de revancha de Tokio 2020 cuando abandonó por salud mental. El andar por las tierras francesas era perfecto. La atleta había logrado tres primeros puestos en las competencias por equipos, la final individual y el salto de potro. Todo esto hacía que la estadounidense era la apuntada para igualar el récord de Larisa Latynina, que consiguió nueve medallas de oro repartidas entre Melbourne 1956, Roma 1960 y Tokio 1964. Todas las condiciones estaban dadas para emular la proeza de la rusa.

Pero, Biles demostró que también tiene una cuota de humanidad. Sí; también sufre errores. En el final de la rutina, la gimnasta se cayó de la barra de equilibrio y quedó afuera del podio (en la quinta posición). La italiana Alice D’Amato fue la ganadora, mientras que la china Zhou Yaqin y la italiana Manila Esposito completaron los tres primeros puestos.

La humanidad de Biles no termina allí. En la prueba de suelo, la norteamericana se quedó con la plata y fue superada por la brasileña Rebeca Andrade. ¿Se molestó? Todo lo contrario. La gimnasta dio una muestra de respeto a la hora de la entrega de premios: se arrodilló y realizó una muestra de reverencia frente a la ganadora. Un momento que reflejó la sana competencia en los Juegos Olímpicos.

Biles tiene un desafío fuera de las colchonetas. Buscará retratar su vida en el documental “Simone Biles: vuelve a volar” en el que contará detalles del retiro temporal.

¿Tendrá revancha? Probablemente sí. En Los Ángeles 2028, Biles no sólo será local sino que podrá seguir escribiendo nuevos capítulos de una historia que no parece tener fin.